El Frio... El frio era intenso, la lluvia arreciaba y sentia como calaba mis pieles que a duras penas protegian mi cuerpo, el sol despuntaba en el horizonte y las hordas de guerreros se preparaban para otro dia de lucha. El olor a tierra mojada se mezclaba con la sangre y los cuerpos que yacian por el campo de batalla. Yo estaba alli solo por dinero y por la parte que me correspondiera del saqueo. Afilaba mi espada mientras oraba a los dioses que me protegieran otro dia mas, aun asi confiaba mas en mis fuerzas y en mi espada que en ellos. Los primeros rayos de sol inundaron el campamento dejando ver a las tropas que se preparaban para el asalto. El fortin llevaba mas de dos semanas resistiendo los ataques, pero no iba a durar mucho mas, sus bajas habian sido enormes y a pesar de lo aguerrido de sus combatientes, el hambre y la falta de viveres les estaba haciendo mella, aquella noche ya habiamos atrapado a varios desertores, y los namibios se habian entretenido con ellos durante largo rato. Ya estaba preparado cuando la primera linea de soldados, pertenecientes al cruel poblado de eskirlos se abrian paso a golpe de hacha y martillo sobre los restos del que fuera uno de los mejores ejercitos de aquellas tierras. El griterio era inmenso, se mezclaban los llantos con las suplicas, el chillido del miedo con el sordo crujir de huesos y carne. Me apresure, no queria perderme ni un momento de la batalla, tome mi escudo forrado, y asi mi espada a mi muñeca con lianas. Avance entre hombres y mujeres guerreras, mas violentas y crueles que muchos de mis compañeros. Hundi mi espada en el estomago del primer enemigo que se me acerco, su rostro y sus ojos expresaron la sorpresa de mis movimientos. La resistencia se hundia, y avanzabamos con gran rapidez hacia el centro de la fortaleza, el castillo se vislumbraba ante nuestros ojos ya presto a ser tomado, por las esquinas se veia el saqueo, las mujeres huian, algunas eran alcanzadas y violadas, cerca de mi pude apreciar como dos namibios tiraban de la ropa de una joven, mientras uno de ellos le agarraba los brazos el otro acababa de arrancarle la camisola, aparecieron dos turgentes pechos jovenes y duros, los pezones se mostraban altivos ante el guerrero, este se abalanzo sobre ella y agarrandola de uno de sus pechos se lo introdujo en la boca, la chica gritaba aunque sus gritos cada vez eran mas apagados dando lugar a gemiditos de placer, su rebeldia cesaba lo que permitio al otro guerrero soltarla de los brazos y abrirla de piernas, hundio con fiereza su cabeza en el sexo de la doncella y esta respondio con un movimiento de cadera notando como la lengua de su violador rozaba su clitoris y entraba en su sexo. Mientras el otro, no pudiendo aguantarse mas se despojo de su taparabos dejando al aire su instrumento muy cerca de la cara de ella, agarrandola por el pelo se la introdujo hasta dentro, follandola en la boca como si esta fuera una vagina, la chica ya se habia perdido en un chorro de sensaciones, abria la boca y succionaba el miembro hasta que este solto todo su chorro empapandola el cuello y las tetas. Su compañero levanto la vista y ante tal imagen hizo lo mismo, se despojo del resto de ropa y acercando su miembro se la clavo hasta el fondo, la chica grito de dolor pero en su cara se reflejaba el placer que le estaban dando. Sus movientos se hicieron ritmicos y freneticos, el guerrero la tomo por la cintura y entraba y salia de ella salvajemente, su grito se confundio con el alarido de dolor de un enemigo al que acababan de cortar el cuello de un hachazo, desperte de aquella vision y segui hacia el castillo, me habia excitado la violacion y ahora en el fragor de la lucha mi excitación era apagada con mi espada, en mi camino corte las piernas a un arquero, en la siguiente esquina me aparecio un hombre fornido de avanzada edad pero muy fuerte, su espada de bronce denotaba el paso por el yunque por que sus golpes eran secos haciendome a veces retroceder, decidi jugar un poco y mientras echaba un paso hacia atrás dejando que el golpeara con fuerza mi escudo, otras veces paraba sus golpes con la espada, empezaba a cansarse, sus golpes eran mas lentos y debiles, esboce una sonrisa y ataque con furia, le derribe del primer golpe, sollozaba, pedia piedad sintiendo el frio acero en su garganta, la imagen de la chica gritando, y sus ojos llenos de pavor se impusieron a mi sed de sangre, y segui con mi camino, un acto reflejo hizo que lanzara la espada hacia mi espalda, el sordo sonido de costillas y visceras y un gorgoteo de sangre fue lo ultimo que oyo, mas le hubiera valido aceptar mi compasion. Ya estaba al pie de la escalinata, la resistencia alli era mayor, denotaba que estabamos muy cerca del fin del asedio, los hombres caian a mi alrededor salpicado de sangre, brame , me lance con toda mi furia, el que cerraba mi paso cayo con el craneo abiero en dos, el siguiente solo pudo ver el reflejo del acero acercarse a su cuello, el camino quedó libre, la estancia era amplia, el fragor de la batalla aparecia ahora oirse a lo lejos, gire sobre mi mismo alerta ante cualquier ruido, mas aquello parecia que estuviera abandonado, corri hacia las escaleras y empece a subir a los aposentos, derribe la puerta de uno de ellos, y observe como en la huida habian destrozado la habitacion ,habia restos de ropa, los muebles tirados y vacios, al fondo se encontraba la cama, una cama enorme y decorada, me acerque a la cristalera, alli abajo la vida pendia de un agil movimiento, quizas de un poco de suerte, las primeras chozas ardian, el saqueo estaba en pleno extasis, en el centro de la plaza y ante una creciente multitud de guerreros los ultimos cautivos eran masacrados y violados ante la carcajada de todos, senti piedad por aquellos hombres, al fin y al cabo habian defendido su hogar, y ahora eran ellos quienes pagaban lo que seguramente ellos habian echo con otros pueblos, asi era la vida en aquel salvaje país unas veces tu eras el cazador y otras el cazado. Volvi hacia la chimenea me asqueaba aquella horda de salvajes, debia apurarme pronto aparecerian por las habitaciones y quizas entonces ya no podria cumplir mi mision. Sali de aquella estancia y recorri el pasillo, el tiempo apremiaba, nada de nada, era imposible, según mis informaciones alli debia estar, derribaba las puertas a mi paso, todas las estancias vacias, los aullidos del saqueo eran cada vez mas cercanos. Una de las ultimas puertas estaba cerrada, tome mi espada y empece a derribarla , ya habia abierto la suficiente brecha cuando oi un leve silbido, solo tuve tiempo para agacharme la flecha rozó mi hombro, pero lo que estaba buscando se hallaba alli, me acerque precavido, no podia dañar la mercancia, debia llevarla intacta o la recompensa no me seria entregada. Me acerque a ella, era mas hermosa de lo que me habian contado, alli estaba refugiandose en una de las esquinas de la pequeña habitacion intentado defenderse con una minuscula daga, seguramente pensando que iba a ser violada, en sus ojos azules se percibia el miedo la sensacion de una muerte muy cercana a ella, sentia como palpitaba su corazon, entre aquella especie de armadura podian imaginarse su hermoso pecho que subia y bajaba ritmicamente, marcandose el volumen de sus senos, las curvas de su cuerpo denotaban la gran hermosura con una cabellera rubia como el sol y dos piernas largas por las que cualquier guerrero habria dado su vida. De un rapido movimiento arranque la daga de su mano, ella intento lanzar un grito de auxilio pero con mi otra mano tape su boca, mientras clavaba sus uñas en mi espalda, la cercania de su cuerpo, su calor estaban excitandome de nuevo, notaba sus nalgas apretarse a mis piernas y como me iba endureciendo por momentos deslice mi mano sobre su pecho, redondo y duro, no podia aguantar mas y quitando la mano de su boca la tape con mi boca, mi legua recorrio su lengua se introdujo en su boca, y la bese con pasion con unas ganas infinitas de lanzarme sobre su cuerpo, al separame un poco de ella para tomar un respiro, vi como sus ojos estabn bañados de lagirmas, suplicantes llenos de terror. Me senti culpable, y hasta casi intente pedirle perdon, mas en ese momento aparecio por la puerta un combatiente que a pleno grito deseaba lanzarse sobre la chica. "Déjamela a mi tambien" "quiero disfrutar de sus encantos, a esa zorra la voy a dar lo que se merece. Me interpuse entre ella y el soldado, esgrimiendo mi espada, por un instante aquel fanfarron detuvo su paso, pero al ver de nuevo los pechos de la chica, le pudo mas su instinto que su razon, me lanzo un golpe alto , gire mi espada de abajo arriba y lo detuve, a la vez que iniciaba un giro sobre mi mismo y hundia mi espada en su costado apretando con todas mis fuerzas. El soldado grito y se derrumbo a mis pies, pronto aparecerian mas, debia darme prisa, me volvi a la chica que me miraba sorprendida la golpee con el asa de la espada y la tome por la cintura. Salimos de aquella habitacion, por las escaleras subia un soldado brekoniano, no le dio tiempo a decir nada cuando sintio mi acero en su garganta. Lo arrastre hacia la primera habitacion no podria luchar y sostener a la chica a la vez, le despoje de sus ropas, y ante mi aparecio un hermoso cuerpo sus pechos eran como los habia pensado redondos turgentes la zona de los pezones rosadita su vientre plano aseguraba mil placeres distintos su vello pubico rubio prometia mil lugares reconditos, y su culo redondo era toda una tentacion, tuve que dejar de lado mis impulsos para otro momento, la vesti con las ropas del soldado como pude y la tome por los hombros. Salimos del castillo, ante la mirada de los soldados, aunque estos estaban mas preocupados de saquear que de mi persona y mi acompañante. Tomé un caballo y la tumbé a ella en otro, me sentia caliente y excitado solo con verla, la ropa del soldado no llegaba a tapar toda su hermosura dejando ver parte de su hermoso culo. Nos alejamos del lugar dejando atrás aquella ciudad infesta de salvajismo y muerte. Ya anochecia cuando llegamos a un rio cercano, dipuse el campamento como pude y la ayude a descender del caballo, ella aun me miraba sorprendida no sabia quien era ni mis intenciones, aun asi estaba hermosisima su pelo descendia hasta sus pechos y la ropa del soldado se apretaba en sus pechos rasaltando sus pezones. Ella comprendio mi mirada y fijandose en mi, se percibio del bulto que habia provocado la excitación del dia. Sus labios me atraian dulces y carnosos, tuve que irme al rio a calmar mi excitación y alli me masturbe pensando en como seria su cuerpo bajo el mio. Volví al campamento y estaba tumbada, dormida, me acoste a su lado sintiendo todo su cuerpo, la excitación volvio a crecer en mi, me pegue mas a ella y note su culo cerca de mi sexo, tuve que hacer grandes esfuerzos para no entrar en ella pero a pesar de eso y ante su calor no pude aguantar mas mi y llegue sobre ella, el cansancio del dia y su presencia era suficiente desgaste para caer en un profundo sueño. Los primeros rayos de sol me despertaron, toque a mi lado y ella no estaba, no podia creer que hubiera cometido semenajte error infantil,tome mi espada y sali de la tienda, aun podia oler su cuerpo, y notar su calor, debia dejar esos pensamientos y concentrarme en su busqueda, me acerque al rio, y tras unos arbustos alli estaba, bañandose, desnuda, no dude un momento y me escondi, su pelo rubio brillaba como el trigo bajo los rayos dorados, parecia una ninfa en el lago, mas cuando salio de el puede percatarme de toda la belleza de su cuerpo, sus pechos erguidos, culminados por unos pezones desafiantes, baje la mirada sus curvas, su sexo, empece a notar como el calor se hacia dueño de mi cuerpo y como mi excitación crecia por momentos. Sali de los arbustos y ella se sorprendio de verme, note como dirigia su mirada a mi prominente sexo y eso me avergonzo un poco. Avance hacia ella al principio dubitativo de mis acciones, pero al mirarla a los jos y no descubrir ningun atisbo de terror, empece a pensar que ella lo deseaba tanto como yo. Creia que habias huido, le dije, ella nego con la cabeza, me tomo en sus brazos y abriendo su boca me beso apasionadamente, note como mordia mis labios, como su lengua viajaba em mi boca, buscaba cualquier rincon para perderse, mientras sus manos se deslizaban lentamente hacia mi culo, acariciandolo apretandolo fuertemente, no podia aguantar mas, me estaba dominando, era ella la que llevaba la iniciativa y me habia dejado soprender, cedí, que mas podia hacer. Paró de besarme y me miro a los ojos, una mirada profunda que se me clavo como una daga, y sin darme tiempo a tomar un respiro bajo su cabeza, empezo a besarme el cuello deslizando su lengua hasta mis pazones los mordisqueo con furia incluso haciendome daño, no se detuvo mucho y bajo aun mas hasta llegar a mi sexo, quito el cinturon de las pieles y como un resorte mi pene salto a su cara, lo cogio entre sus manos y dulcemente lo beso, lo fue cubriendo con sus labios hasta tenerlo todo en su boca, lentamente empezo a deslizarlo por ella sancandolo y volviendoselo a introducir, no podia mas, creia que iba a estallar de placer, aquella chica sabia lo que estaba haciendo, sus manos de deslizaban por el mientras lo sacaba para acto seguido devorarlo de nuevo jugando con su lengua, empujando con sus manos mi cintura para que la penetracion fuera mas honda, aquello era de locura pero no queria terminar tan pronto, su boca y su lengua jugaban con mi miembro duro a punto de explotar, se la saque de la boca la levante y la bese juntando nuestras lenguas, queria perderme en sus pechos sentir en mi boca sus pezones poniendolos duros, ella emitia gemidos de placer al notar el contacto de mi lengua con sus pezones, me agarró del pelo y llevo mi cabeza hasta su sexo, caliente , humedo, se tumbo en la hierba y yo me perdi en el, la penetraba con mi lengua mientras ella deslizaba sus piernas por mi espalda, levanté la mirada y pude ver como se acariciaba las tetas estaba disfrutando, se retocia de placer a cada entrada mia, ya no pude aguantar mas e incorporandome un poco se la clave, ella dio un grito de placer al notarla dentro, y empezó a gritarme. Si, siguee quiero sentirla dentro de mi no pares por favor, esot me excitaba aun mas y empece a moverme mas rapidamente, ella como una experta movia sus caderas para sentir mas honda mi penetracion, seguia gritandome, hasta que no pude contenerme mas y explote en su interior llenadola, rebosandola, pero aun queria mas, me volvio a besar en la boca como si fuera la ultima vez que lo hiciera, y volvio a tomarlo entre sus manos, acariciandolo suavemente juguetando con el hasta que de nuevo se puso duro, me tumbo y sentandose sobre mi lo llevo hasta su cueva, introduciendoselo lentamente, ahora era ella la que llevaba el movimiento, lentamente lo dejaba salir lo suficiente y de pronto caia sobre el, delante de mis ojos veia sus hermosos pechos danzar los tome en mi boca mientras ella seguia con sus movientos ritmicos sobre mi, seguimos drante un buen rato, cuando estaba a punto ella paraba sus movimientos , se separo de mi y poniendose a cuatro patas me indico un nuevo lugar, queria que entrase en su culo. No dude en hacerlo, humedeci su agujerito y lentamente fui entrando, sintio un poco de dolor al principio pero este dio paso a un placer enorme, se movia y gritaba como nunca, estaba disfrutando como una perra en celo, caimos los dos en un orgasmo intenso, me tumbe encima de ella y la bese la nuca, hacia mucho tiempo que no habia tenido tanto placer. Nos incorporamos, le miré a los ojos y la bese en la boca, era dulce y suave a la vez que apasionada y salvaje. Teniamos que partir su hogar adonde debia llevarla estaba aun a dos dias a caballo, pasando por las tierras de los temibles irtsuts, una raza desconocida pero a los que todos temian. Partimos a mediodia, ella iba delante el gracil movimiento de su cuerpo al trote me hacia perderme en mil sueños diferentes, mi espada siempre puesta al mejor postor me habia convertido en un hombre errante y sin lugar donde quedarme, y ahora ante aquella hermosura dudaba si habia llegado el momento de cambiar y reposar. Cabalgamos hasta la noche, acampamos detrás de un montículo protegiendonos del viento helado del norte, estábamos en los umbrales del territorio y debiamos tomar precauciones, aquella noche debiamos hacer guardia, asi que tome mi espada y escudo y me aleje unos metros del campamento en un alto podia divisar la llanura y los alrededores. Habia pasado media noche cuando percibi un ruido, me incliné sobre los arbustos y me lance sobre aquel ruido, oi un grito conocido y una suavidad en mis manos, era ella, venia con viveres para mi, me sonrio, y sin dejarme decirle nada me beso, su lengua buscaba la mia ansiosa, mientras sus manos recorrian mi cuerpo descendiendo hasta mi culo, nos tumbamos en la hierba fresca por el rocio y volvimos a hacer el amor, esta vez con ternura despacio, sentí de nuevo el calor de su piel, sus pechos como deseaban mi boca, su sexo palpitando a cada caricia mia, recibiendo mi sexo, atrapandolo hasta saciarlar... hasta el amanecer. Dormimos un poco, necesitábamos descansar antes del último tramo, esta vez le di mi otra espada, presentia que nos esperaban dificultades y preferia que se defendiera por ella misma. Cabalgamos hacia el norte dejando atrás la zona frondosa de bosque adentrandonos en una mas desertica, alli moraba una de las tribus mas salvajes y temidas, decian de ellos que devoraban a sus prisioneros. Yo iba detrás de ella viendo como el sol se reflejaba en su rubia cabellera como su espalda semidesnuda y morena terminaba uniendose a la montura con un suave movimiento a cada trote, aquella mujer ademas de su gran hermosura sabia como tratar a un hombre en la cama. Autor: Nicolas "Albatros"
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